Euroliga: La final menos esperada Fenerbahce frente a Mónaco

No habrá final griega, pues los turcos batieron al Panathinaikos y los franceses al Olympiacos en Abu Dhabi este viernes y el domingo definen

Viernes de semifinales en la Final Four de la Euroliga y a primera hora a priori se jugaba la semi más pareja, con dos entrenadores diferentes y parecidos (Ataman y Jasikevicius), grandes protagonistas de esta competencia desde hace tiempo, Ataman ganando 3 de las últimas 4 ediciones (2 con Efes, 1 con Panathinaikos) y Saras como jugador primero y como entrenador después, alcanzando ahora una nueva F4 con un tercer equipo (Zalgiris, Barcelona, Fenerbahce).
El duelo era inmejorable para esta definición, quizá la más pareja en muchos años. Y en Abu Dhabi, segunda vez que la F4 sale de Europa (Tel Aviv 2004). Y de entrada al menos se vio por qué uno tuvo una serie regular de menor a mayor (Fener) y otro deambuló en la irregularidad todo el año (Pana), sobre todo a partir de la lesión de Lessort, que volvió hoy tras 6 meses y se notó su falta de tempo.
Jasikevicius tuvo también una enorme baja para toda la temporada (Wilbekin), apenas una semana después de arrancado el año. Pero supo disimularlo mejor. Acá los turcos arrancaron con una defensa estupenda, cambiando para no dar posibilidad de descargas y tiro, aunque ya de por sí los griegos no suelen usar eso tanto, sino más bien el uno contra uno de Nunn para desestabilizar. Bien, no funcionó, porque siempre lo esperó un grande para taparle el aro. Aunque tuvo 11 puntos en el primer tiempo, fue más problema que solución, porque los tiros de Panathinaikos se redujeron a un espacio pequeño y forzado.
Fener, por el contrario, usó todo el tiempo una de sus mayores virtudes: penetración, descarga y tiro. Tiene tantos tiradores confiables, que siempre hubo uno para lanzar libre. Metió 7 en la mitad inicial y, aunque bajó bastante su porcentaje con el correr de los minutos, sacó ventaja. Llegó a tener una máxima de 12 (35-23), pero esa merma le permitió a Panathinaikos cerrar a precio de oferta, apenas 5 abajo, 38-33.

Como era de esperarse, Panathinaikos salió con otra energía en la segunda mitad y se puso a 1 muy rápido, con Nunn siempre muy activo y Fenerbahce torcidísimo para el cesto (erró 10 triples seguidos). Ahí los turcos cambiaron un poco el chip, buscaron acercarse al cesto con Melli (¡qué jugador útil!) y recuperaron algo de confianza, que se terminó de plasmar con un triple de McCollum para retomar una pequeña brecha, pero ya no había un dominador claro como en la primera mitad. Fener sacó 8 en ese buen pasaje (53-45) y aguantó un intento de reacción para cerrar el tercero 55-48.
Los turcos sacaron 11 con un triple del hombre del momento, Melli, para retomar casi su máxima, como para tener colchón y tranquilidad ante el error. Al Panathinaikos se le empezó a escabullir el partido de las manos cuando a poco menos de 6 minutos del final Nunn metió su quinta falta, y ofensiva, mostrando la frustración de un equipo que dependió toda la noche de él. Tras cartón, un volcadón de Hall, otro que la rompió atrás y adelante todo el partido. Otra vez 11 y, para Ataman, hora de ir a matar o morir.
Se puso a 5 con la capa en manos de Osmar 2 veces. En la primera, un triplazo de otro planeta de Hall estiró otra vez la difeerencia, pero en la segunda el propio Hall la perdió y Pana se puso a 4, con 1/2 libres de Lessort. Hall esta vez la pasó y McCollum lo resolvió con un bombazo que le dio el puntazo final al partido. Al Panathinaikos no le quedó tiempo y se entregó a la victoria del mejor (82-76). ¿Las figuras? Varios: Hall (18 puntos y 4/6 triples), McCollum (13) y Melli (9 y mucho másquet en su cabeza). No habrá repeat. Y Fener va por todo.

Ya descartada la final griega, si el primer partido fue todo lógica, el segundo se suponía que lo sería todavía más, con el mejor equipo del año (Olympiacos), ante el de alguna manera no tan esperado protagonista, como Mónaco, potenciado desde el arribo de Theis y con quizá la mayor gloria del Oly en el banco como coach, Vasilis Spanoulis.
Monaco, claramente, salió con esa tranquilidad y a tratar de imponer su ritmo más de vértigo, con Diallo tomando un protagonismo temprano (8 puntos de los 17 de su equipo en el cuarto inicial), y aprochando el increíble comienzo espantoso de Sasha Vezenkov (0/4 triples en 6 minutos). Dominó los rebotes, corrió mucho (no de contra), y se llegó a escapar a 5 en el segundo período.
Olympiacos, más allá de lo de Vezenkov, estaba mal. Sin su característico juego de pases, con demasiados uno contra uno de William-Goss y Fournier, sin volumen. Y Monaco, con gol en las manos de James, mucho atleticismo para dominar los rebotes y buena defensa, se mantenía expectante. Esa era su meta: llegar a un final cerrado donde todo el peso de la responsabilidad estuviera sobre los griegos.
Cuando los del principado sacaron 12 a los 7 minutos del 3º cuarto, Olympiacos se llenó de preguntas. Siendo un equipo pesado atrás (Fall, Vezenkov, Papanikolau), se le complicaba mucho defender a un equipo rápido como Monaco, y cada minuto se hundía más en sus problemas, mientras su rival disfrutaba de la tranquilidad de un resultado cada vez más cómodo, sin un gran desgaste. Demasiado fácil.
Olympiacos necesitaba un líder que encabezara la reacción y el rol le cupo bien a Fournier, mucho más que a Vezenkov, evidentemente sin confianza. El francés atacó al cesto con decisión, metió 9 puntos casi seguidos y de los 13 que llegó a sacar Monaco la distancia bajó rápido a 6. Mejoró la presión defensiva del perímetro, ya no hubo tantos tiros fáciles tras descargas. Arrancar los 10 minutos finales así era un precio muy barato para el mejor de la fase regular.

Sin embargo, el precio lo pagó después. Monaco volvió a 13 de luz controlando un rato a Fournier, con un gran trabajo defensivo de Jaiteh, con Vezenkov no pudiendo desequilibrar nunca desde el poste bajo (en general, sin llegar a recibir) y moviendo el balón. Olympiacos, sin el gol de Fournier, no era casi nada.
Mónaco llegó a los 4 minutos finales 12 arriba, un excelente margen como para controlar el juego hasta el final ante un desconcertado Olympiacos, que dejó en cancha un equipo casi sin tiradores (solo Fournier y Vezenkov, aunque el búlgaro estaba desaparecido) y eso facilitó mucho la defensa de su rival, que liberaba a Walkup, ajustaba un poquito más a William-Goss y se enfocaba en Fournier. El francés fue el único que sacó la cara, pero muy solo.
Olympiacos tuvo una bala de plata después de ponerse a 7 y con la pelota, pero la perdió en primera línea y Mónaco se fue a 9 a 1m29s del final. Partido liquidado. Diallo terminó siendo la figura con 22 puntos, pero hubo muchos nombres importantes, como James y como Jaiteh. Enorme partido y victoria 78-68. El domingo, la final inesperada ante Fenerbahce.
Luca Vildoza tuvo una tarea de casi 7 minutos donde pudo pesar poco en el juego y a cuenta gotas, ya que se cargó de faltas en su primer ingreso y luego no pudo imponer su ritmo desde la base.


