Mundial de Clubes: Fluminense se mete en cuartos de final gracias a una tremenda defensa

En el Estadio Bank of America de Charlotte, un gol tempranero de los brasileros les propició un partido perfecto para pasar por encima del Inter italiano y por 2-0 meterse entre los ocho mejores

Hay partidos que duran una vida y otros que se desvanecen con solo unos pocos minutos. El Fluminense FC encontró en una de las primeras jugadas del partido un gol de Germán Cano. Fue, primero, gracias a un error de la dubitativa defensa interista. También una prueba de fe de un equipo brasileño que tenía muy claro lo que quería. Y con ese gol, en ese minuto, lanzó por los aires cualquier previsión que pudiese haber de este encuentro del Mundial de Clubes FIFA.
El FC Internazionale Milano es un equipo que disfruta con los espacios, con jugadores rápidos y resolutivos. Como casi todos los equipos del mundo, por otro lado, siempre es mejor correr que intentar romper un muro a cabezazos. El gol de Cano, en todo caso, obligaba a los italianos a obviar ese guión que incluye carreras y pases al espacio por otro más tedioso, en el que hay que trabajar y trabajar con el miedo en el cuerpo porque el gol en contra ya llegó.
El balón, sin duda, era para los italianos. En el centro del campo Barella buscaba a Asllani, Asllani se la devolvía, luego Barella a Di Marco, que se la devolvía, y una vez más a otro mediocampista, todo muy lejos del barrio de Flu, donde los brasileños esperaban con dos líneas juntas y muy pobladas, muy atentas a Thuram y a Lautaro, casi pegajosas.
El balón era del Inter, pero las mejores ocasiones llegaban del bando de Fluminense. Ellos tenían la opción de tener campos libres en la espalda interista y, de vez en cuando, mandaban algún envío con peligro. Flu tiene arriba a Jhon Arias, a Cano o a Nonato, jugadores que saben correr y hacer daños.

A mediados de la primera mitad llegó una clarísima en los pies de Samuel Xavier. El carrilero se encontró el balón en sus pies tras una parada de Sommer, llegó antes que todos los defensas interistas pero, cuando remató, como si quisiera desbordar al portero, cruzó de más y se fue fuera.
Ni siquiera fue la única opción de esa primera mitad. Solo unos minutos más tarde, justo después de la amarilla a Bastoni, un remate de Ignacio, ese central colosal, entró en la portería. Venía el cabezazo después de dos toques de cabeza de Flu en el área interista, muestra clara de que a los italianos les faltaba concentración. El árbitro fue avisado de que había fuera de juego, y con eso mantuvo la esperanza el Inter.
El guión en la segunda mitad se pareció mucho al de la primera. Fluminense solo tenía que gestionar el cansancio, pero la fórmula se la sabían: resistir, defender, sobrevivir. El Inter esperaba que los rivales tuvieran alguna grieta, encontrar un error que no parecía llegar nunca.
Llegaron los cambios y también algunas ocasiones de mayor fuste. Lo intentó Di Marco, sin suerte. También Valentín Carboni, sin acertar. Enfrente había una defensa dominante, de esas que son capaces de desesperar a los delanteros más lúcidos.

En esa nómina está sin duda Lautaro, y él también las tuvo. Dos seguidas, en el minuto 81. Un casi y un palo, dos jugadas consecutivas como dos puñetazos. Flu temió, tuvo miedo, pero salió indemne. Y los minutos pasaban como una condena para el Inter.
En este tipo de partidos, decididos como un baile pegado, es habitual que al final caiga un gol. Podría haber sido del Inter, para alargar el encuentro, pero fue de Fluminense, que sentenció. Hércules se sumó al ataque, se encontró un balón en la frontal y remató. No es su oficio el de goleador, pero ante una defensa despoblada se vino arriba y puso el 2-0. Dos goles y adiós Inter.
Flu, con un portero cuarentón y una defensa muy rocosa, se ha metido en octavos de final. Son dos los equipos brasileños, pues Palmeiras ya lo había logrado, en estar en tan avanzada fase. Un nuevo recordatorio de que el fútbol de ese país vale oro. Jugador del partido fue Jhon Arias (Fluminense)
