Batalla de los Sexos: Nick Kyrgios se impone ante Aryna Sabalenka

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La número 1 mundial cayó en dos sets (6-3, 6-3) ante el australiano, claramente perjudicada por tener un solo saque en el duelo disputado en Dubái

La Batalla de los Sexos versión 2025 ha dado su veredicto. Muy mediática y ampliamente criticada por numerosos actores del tenis, el encuentro entre Aryna Sabalenka, número 1 mundial, y Nick Kyrgios finalmente ofreció poco suspense.

Hechas las presentaciones dignas de una velada de boxeo, la bielorrusa y el australiano salieron a la pista con ganas de firmas golpes ganadores, tanto de un lado como del otro.

Aunque Kyrgios agradeció haber quitado el segundo saque, norma novedosa en este evento, Aryna no dio su brazo a torcer de primeras pero en definitiva esa norma la perjudicó claramente..

Disputado en una pista de dimensiones inusuales —ampliada un 9% a favor de la bielorrusa— y visualmente desconcertante, el partido se inclinó a favor del australiano, vencedor en dos sets secos por 6-3 y 6-3.

La primera manga, marcada por una avalancha de breaks (seis en total), permaneció indecisa hasta 3-3, momento elegido por Kyrgios para marcar la diferencia al ganar tres juegos consecutivos.

Privada, ella también, de su segunda bola de servicio, Sabalenka intentó revertir la situación en el segundo set, tomando la delantera 3-1 con una bola de doble break. La bielorrusa recuperó la sonrisa a medida que remontó en el luminoso, animándose incluso a bailar «La Macarena».

Pero fue en vano, la número 1 mundial luego se quebró sola, perdiendo los cinco últimos juegos del encuentro que duró.1 hora y 15 minutos y aunque mejoró la bielorrusa, no pudo alargar el choque para soñar con una posible remontada.

El calor catarí pesaba. Kyrgios, con la ayuda de la red (logró ventaja gracias a un afortunado golpe) le rompió el servicio a Sabalenka y dejó el partido visto para sentencia (3-5).

El australiano puso la directa en el último juego. Dispuso de dos bolas de partido. Perdió la primera, pidió tiempo muerto. También perdió la segunda. Pero al final se impuso tras un error de la fémina (3-6, 3-6).

Esta nueva edición de la Batalla de los Sexos termina así con un marcador sin apelación, confirmando rápidamente su estatus de exhibición, a imagen del duelo Connors–Navratilova en 1992, donde el espectáculo había primado sobre el desafío deportivo.