Masters 1000 de Shanghái: Valentin Vacherot completa un milagro único con el título de campeón

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Es el campeón con menor ranking en la historia de los ATP Masters 1000  tras derrotar a su primo Arthur Rinderknech y el primer jugador de Mónaco en ganar un título ATP.

El tenis mundial vivió una jornada histórica en el Qizhong Stadium, donde el monegasco Valentin Vacherot se consagró campeón del Masters 1000 de Shanghái 2025, convirtiéndose en el primer jugador de Mónaco en ganar un título ATP.

El joven de 26 años, que ingresó al cuadro clasificatorio por una baja de última hora, completó una semana de ensueño coronándose en la final frente a su primo, el francés Arthur Rinderknech (54° ATP), a quien superó por 4-6, 6-3 y 6-3 en un intenso duelo de 2 horas y 44 minutos.

Ambos llegaron a la definición tras sorprender a figuras de la élite como Jannik Sinner y Novak Djokovic, en un torneo donde el talento y la emoción se impusieron a la lógica. La final, disputada ante un público encendido, se transformó en una auténtica celebración familiar: dos primos, enfrentados en la cúspide del circuito, entregando una lección de garra y respeto deportivo.

Rinderknech, de 30 años, inició con autoridad, sólido con el servicio y preciso en los momentos clave, llevándose el primer set. Sin embargo, Vacherot reaccionó con determinación, elevando su nivel en los puntos decisivos para revertir la historia y sellar una de las gestas más memorables de la temporada.

Con este triunfo, Vacherot se convierte en el quinto jugador de la historia en inaugurar su palmarés con un Masters 1000, siguiendo los pasos de Roberto Carretero (1996), Chris Woodruff (1997), Albert Portas (2001) y Jakub Mensik (2025).

Además, con su ranking actual de N.º 204 del mundo, se erige como el campeón de Masters 1000 con menor clasificación en la historia, superando el registro del croata Borna Coric (152° en Cincinnati 2022).

El título de Shanghái no solo marca un antes y un después para el tenis monegasco, sino también para el propio circuito ATP, que una vez más demuestra su imprevisibilidad y la constante aparición de nuevas figuras capaces de desafiar a la élite mundial.

“Lo que acaba de suceder es increíble. No tengo ni idea de lo que está ocurriendo en este momento. Ni siquiera me parece un sueño, esto es una locura”, dijo Vacherot, sosteniendo en sus manos uno de los trofeos más codiciados por el vestuario.

“Estoy muy contento con mi nivel de estas últimas dos semanas. Quiero darle las gracias a todos los que me han ayudado desde el inicio de mi carrera. Hoy tenía que haber un jugador derrotado, pero creo que hubo dos ganadores. Una familia ha ganado y creo que, para el mundo del tenis, esta historia es increíble”.

“Cuando estoy por debajo en el marcador, siento que no tengo más alternativa que sacar mi mejor nivel”, dijo Vacherot sobre su impecable colección de remontadas. “En el primer set no lo logré y él fue superior a mí. Aproveché mi oportunidad para quebrarle en el segundo set, la grada se metió en la final y logramos hacer más espectáculo en la segunda mitad del encuentro”.

Si la final fue emotiva, los momentos posteriores al duelo remarcaron el profundo significado del partido. Ni siquiera la adrenalina pudo separar a Valentin y Arthur, abrazados en la red y sentados en el mismo banquillo durante la ceremonia de premios.

El mensaje del campeón, además, enseñó al mundo el gran nexo familiar vivido detrás de las cámaras. “La abuela y el abuelo estarían orgullosos”, escribió Vacherot sobre la lente de televisión, poniendo el broche a un torneo de Shanghái con un ganador a cada lado de la red.

Bajo la atenta mirada de Roger Federer desde el palco de honor, Vacherot completó una obra maestra repleta de capítulos brillantes. El monegasco se convirtió en el tercer qualifier capaz de coronar un ATP Masters 1000 gracias a una notable hoja de registros, apartando a figuras Top 20 como Alexander Zverev, Jiri Lehecka, Felix Auger-Aliassime y Daniil Medvedev. Mantener la mirada ante la plana mayor del vestuario fue, en esencia, la mejor preparación para la gran prueba de fuego: tocar los golpes a un miembro de la familia.

“Simplemente intenté derrotar al tipo que estaba al otro lado de la red”, indicó Vacherot sobre la psicología de su partido ante Rinderknech. “Intenté dejar a un lado que era mi primo, olvidar que era el tipo junto al que he entrenado y crecido. Ha sido realmente duro y ha hecho un gran trabajo en el primer set, asumiendo toda la presión. Pero logré encontrar la forma de girar el partido”.

Tras completar una gesta gigantesca, Vacherot ha cambiado por completo su realidad en el ATP Tour. El monegasco ascenderá hasta la posición más alta de su carrera como No. 40 del PIF ATP Rankings, escalando más de 160 posiciones en la clasificación. Un estatus que le abre de par en par la primera línea del circuito, con un calendario de grandes torneos como hábitat a partir de este momento.