Juegos Parapanamericanos Juveniles: Agustín Pavez, el joven dorado de Chile: cinco oros y un legado que recién comienza
El nadador paralímpico de San Francisco de Mostazal se convirtió en el mayor medallista de oro de los Juegos Parapanamericanos Juveniles Chile 2025. Su historia es la de una familia que madruga todos los días para convertir el talento en hazaña.

Agustín Pavez Moscoso tiene 17 años, nació el 11 de febrero de 2008 en San Francisco de Mostazal, región de O’Higgins. Pero su edad se disuelve entre las brazadas. En la piscina parece un veterano, al imponer ritmo, controlar tiempos, ganar. Así lo demostró esta semana en el Centro Acuático Kristel Köbrich del Parque Estadio Nacional, donde se coronó como el mayor medallista de oro de los Juegos Parapanamericanos Juveniles Chile 2025, con cinco preseas doradas y una de plata.
Venció en los 100 metros espalda, 100 metros mariposa y en los 400, 200 y 100 metros libres, todas pruebas senior. Se convirtió no solo en el mejor atleta del certamen, sino también en el chileno más exitoso en la historia de los Parapanamericanos Juveniles. Nadie ha ganado tanto como él.
Pero esta historia no se construyó en una semana, ni en una temporada. Agustín nada desde que tiene memoria. A los nueve años ya se subía a podios nacionales. A los once brillaba con nueve oros en un Nacional Infantil. Desde entonces, su vida se volvió una rutina de acero. Entrena doble jornada todos los días, mañana y tarde, más gimnasio y descansa solo los domingos.

“Parto entrenando temprano en la mañana y después en la tarde, y el único día libre que tengo es el domingo, más que nada para dormir y comer harto”, cuenta. Le encantan los carbohidratos y las proteínas: “Mucha pasta, carne, pollo, pescado”.
Cada día empieza a las cuatro de la madrugada, cuando su familia parte desde Mostazal rumbo a Santiago para que pueda entrenar. Y repiten el trayecto al final de la jornada. “Llevamos cuatro años viajando todos los días, en doble jornada. Como familia ha sido un sacrificio enorme, pero no lo vamos a dejar de lado porque es un talento”, dice su madre, Marlicet Moscoso.
Su hermana, también deportista, dejó atrás su carrera en patín carrera para poder acompañarlo. “Ella dejó su deporte por apoyarme. Lo que quiero es hacerla feliz logrando cosas por ella”, confiesa. “Ojalá algún día pueda recompensarla”.

Cuando compite, Agustín no solo piensa en marcas. Piensa en ellos. “En las finales me concentraba en mi familia, en todo lo que han sacrificado por mí. Eso me ayudaba a manejar la presión”, dice. Lo hizo tan bien que subió seis veces al podio en estos Juegos. “Escuchar el himno por primera vez desde el podio fue emocionante. Solo podía mirar la bandera”, recuerda.
Sus pasos no se detienen. Tras destacar en torneos nacionales, como el Campeonato de Invierno o la Copa Internacional Stadio Italiano, ha integrado el Club Flamengo y ya compitió en eventos internacionales como el Sudamericano Juvenil de Natación en Argentina y la Copa Pacífico en Colombia. En el ranking de julio alcanzó el noveno lugar y este año también participó en el Gymnasiade de Río de Janeiro, donde clasificó a finales con la selección chilena.
Su próximo sueño está más allá del continente: “Quiero llegar a los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028 y estar entre los cinco mejores del mundo”. Agustín Pavez es más que un nadador. Es inspiración, por su talento, por su esfuerzo, resiliencia y gratitud. Porque en cada brazada, lleva consigo el peso y el impulso de una familia y un país que cree en él.
